Macú era
una perrita que siempre estaba contenta. Le gustaba saltar troncos, trepar
árboles, jugar con llantas y divertirse con sus amigos.
A Macú
le gustaba ir a jugar al campo, pero allí no todos deseaban su presencia,
las flores se escondían porque no querían que las pisara y
las maltratara. El río, al verla, también se disgustaba y aceleraba su
recorrido temiendo que le fuera a echar basura.
Una
tarde, mientras jugaba, la ardilla Peta la sorprendió arrojándole piedras a un
pajarillo.
– oye,
Macú, ¿es que no te das cuenta que le puedes hacer daño a ese pajarillo?
-¡Bah!
preocúpate por tus cosas y déjame tranquila que esto es muy divertido.
Y así,
Macú no prestaba atención a lo que le decían peta y los demás animales.
Macú
también se divertía molestando a las hormigas; cogía los huevos de los nidos,
arrancaba flores para colocárselas en la cabeza, y como le gustaba bañarse
mucho, desperdiciaba agua en grandes cantidades.
Pero
sucedió que durante muchos días hizo tanto, pero tanto calor, que las plantas
comenzaron a secarse, los pájaros huyeron y todos los animales empezaron a
sentir hambre y sed.
La
perrita Macú ahora se veía triste, sedienta y cansada.
Caminó
buscando algo de comer, pero como no encontró nada, se recostó contra un árbol
y allí durmió.
Mientras
Macú dormía, soñó encontrarse en un campo verde con muchos frutos y jugando con
los animales.
Durante
su sueño Macú escuchó un pez que le decía: - ¡oh, necesito agua limpia, ayúdame
por favor!
Pero,
-¿cómo puedo ayudarte, pececito? – le preguntó Macú
¡Quítame
esta basura de encima! alguien ensució el río y mira cómo me dejó. Si no haces
algo, puedo morir…
Fue
tanto el calor que hizo y Macú estaba tan débil, que despertó sólo dos días
después. Estaba lloviendo muy fuerte sobre el campo.
En poco
tiempo volvieron las aves, los árboles dieron fruto y…Macú creyó estar
soñando de nuevo.
Entonces,
invitó a sus amigos a tomar agua.
Cuando
el río la vio, le dijo: -no te acerques, por favor Macú, tú me has hecho mucho
daño.
-tranquilo,
amigo río, yo ya aprendí la lección, y ahora necesito que me des un poco de
agua.
Bebió y
recuperó todas sus fuerzas.
Ahora
quería comer una deliciosa naranja, pero cuando se acercó a cogerla el árbol le
dijo:
-Apártate de mí, temo que destruyas mis hojas y mis ramas…y un polluelo que
estaba cerca grito:
-sí, tú siempre arrancas sus hojas y además destruyes mis nidos.
-mira, llevo dos días sin comer –dijo Macú. No se preocupen amigos, que no les
haré daño; ahora entiendo cuán importantes son ustedes.
-tú
también eres importante, ya ves como cuidas y diviertes a tu familia.
-Sí, es
cierto, yo también soy importante, al igual que ustedes.
Entonces
Macú, tomó una naranja y arrojó la cáscara a una caneca que alguien había
puesto cerca del árbol.
El pato
pirulo dijo:
-vengan
amigos, esto hay que celebrarlo, porque ahora ya todos estaremos tranquilos. Las
plantas y las flores reían y cantaban y los pajaritos, con sus trinos, las
acompañaban; hasta el río llevaba el ritmo de la canción.
Desde
ese día, Macú prometió no destruir la naturaleza.
Tomado del libro
exploradores 3. Editorial Libros&Libros.
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